(Prosa poética)
Sus ojos, como lunas llenas, me miran, me auscultan, me abrazan, me seducen… No hagas eso… le suplico callada… mientras tiemblo entera. Mis labios se humedecen, mis manos están inquietas. Como quisiera que esas lunas, iluminen mi lecho esta noche. Su sonrisa se enciende y me arrebata el corazón...
Estoy aquí… pregúntame algo… ¡Vamos! Desafía hoy mi suerte. Así, callada y asustada, me imagino que eclipso esas lunas con mis manos, mientras viajo por su pecho, contemplando la alborada en su piel y contándole al oído lo mucho que me gusta.
Sus canas lo hacen guapo, parece un bohemio y lo sueño mío. Soy volcán al rojo vivo... si me toca, estallaré aquí mismo. Si se acerca, lo sujetaré a mis sueños, lo llevaré conmigo. Cierro mis ojos... le digo a mis noches frías, que el sol salió; pero sus ojos de luna llena, siguen de lejos, mientras los míos lo persiguen. No te vayas, no te alejes… ven conmigo, entra en mi alma.
Es quien tanto esperé y se va. ¿Dónde encontraré otras lunas así? ¿dónde hallaré un hombre que con su sonrisa me eleve.. dónde?
¡Cuánto lo sueño y aún no me duermo!

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