Hiperbreves y relatos cortos


Divina confusión

Siempre se guiaba por el resplandor del sol. Por millones de años lo hizo así. Pero, aquel día, se confundió. Había un resplandor mayor y comenzó a buscarlo en su espacio infinito. Fue así como, Venus, persiguiendo esa luz, guió a los reyes magos hasta el pesebre del Dios hecho niño, en Belén.

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¡El hombre araña en la selva!


El hombre araña llegó a la selva. “Esto es fácil” - se dijo. “Lo haré como tarzán, pero en lugar de las lianas, usaré mi telaraña, para columpiarme de árbol en árbol.” Pero no contaba con los juguetones monos y fue a dar a las fauces de un león.





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Al final del arcoíris

Tenía 20 años de perseguir al arcoíris, hasta que alcanzó su final. Ahí estaba la gran olla y un duende hacìa sopa en ella. ¿Y dónde están las monedas de oro?, preguntó. ¡Ah! -dijo el duende- conque crees en cuentos.



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El secreto de la caja de zapatos

Doña Sofía tiene 76 años y vive en un hogar para ancianos. Es una de las tantas señoras olvidadas, como si envejecer fuera pecado. En los días en los cuales se nota triste, va a su cuarto, saca una vieja caja de zapatos, toma algo y se lo lleva a su rostro. De inmediato, se ilumina como un sol y sonríe tiernamente. Hoy no resistí la curiosidad y le pregunté qué había en la caja.
– Es el mejor regalo que me han dado. Me lo dio mi nietita Lucía. Allí venían sus zapatos de ballet. Me la llenó de besos... Eso fue hace tres años, desde entonces no la veo, pero no me faltan sus besos.




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La muerte se vistió de rosa

La muerte se quitó la capa y se vistió de rosa; se pintó una sonrisa y se peinó de fiesta; ya no lleva la guadaña; usa una varita. Ahora a nadie asusta. ¿Por qué no se me ocurrió antes buscar un asesor de imagen?, se pregunta.





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Amor de Gato

Maniqui subió al techo, le maulló a la luna, tomó una bocanada de aire y comenzó su búsqueda. Quería hallar al amor de su vida; estaba seguro que lo encontraría. Caminó toda la noche por los tejados y, cuando estaba a punto de renunciar, encontró a Nina, la gata más bella, dulce y juguetona que había visto. Inició el cortejo, sacó sus mejores atributos y maulló dulcemente, mientras marcaba su territorio. Nina lo miro de reojo, tenía otros sueños, quería maullar a la luna, ser siempre ella, no pertenecer a nadie. Alzó su bella cola y brincó a otro tejado.


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Cambio de personalidad


Me harté de que me golpeen todo el tiempo; de que piensen que sólo así puedo cumplir mi misión. Esta tarde, hablaré con el tornero y le pediré que me talle surcos hasta formar una rosca en mi cuerpo; quiero ser un tornillo. Así, en lugar del golpe, me masajearán la cabeza y daré vueltas cual bailarín.




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La número 23

Nancy alzó sus ojos y miró las estrellas; esa sería la última vez que las vería; a sus 14 años, pasó a ser la esclava número 23, en la casa rosa de la avenida "Sin nombre", en aquel extraño país.

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Pequeña

Tiene sólo 14 años, un sueño de amor destrozado y cuatro meses de embarazo. Esa pequeña, una niña aún, con el rostro marcado de pobreza, ha sido abandonada por el hombre que usurpó su inocencia.

Posee un nombre que se llevó el viento; la gente lo borró de tanto murmurarlo. No sabe nada de niños, pues apenas comenzaba a dejar su cuna.

Compara su suerte con la de una amiga: -Puña, a ella si le ha ido mal-, repite para sus adentros, tratando de aliviar la pena. Su amiga recién cumplió los 13 y ya es madre; fue violada a los 9 y hasta el abuelo abusó de ella. ¡Qué asco!, afirma, ¡qué mala tuerce la de mi amiga!

Pequeña, mira su cuerpo; cree que morirá. -¡Ya soy mamá!- dice... y llora.
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Su último deseo

Ni en sueños, lo había visto así. Era inmensamente azul, no le cabía en la mirada; su grandeza se perdía en el horizonte; y, por fin, ella estaba allí, contemplándolo extasiada; mientras el corazón le vibraba de felicidad. Corrió hacia él, entró de rodillas, como orando; sintió la arremetida de su oleaje, el sabor salado, la espuma y el vaivén que la llevaba. Su frágil cuerpo de 20 años se perdió en la profundidad; mientras ella se decía: "Ahora sí moriré en paz".


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Solo quedó su corazón


Comió del fruto prohibido y se hizo carne; salió del edén con el corazón vivo y lleno de sentimientos; inició batallas por poder. Comió más frutos prohibidos y batalló por el dominio de pueblos y personas; quería imponer su estilo y su ley; pero como era carne, se secó; sólo quedó su corazón vivo; pero el tiempo lo mató y se transformó en esta piedra, con la que hacen fuego los nuevos hombres de maíz.



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Estrés



Estrés vivía su vida como siempre, sin mayor estrés y haciendo su trabajo con gran eficiencia. Hasta que se topó con Paciente, quien era extraordinariamente ordenado y tranquilo; nada lo estresaba. Ahora Estrés sufre de estrés, porque bajó su productividad.




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¡Cuanto te quiero!

Hacía mucho frío y llovía fuerte; me faltaban dos cuadras para llegar y sólo pensaba en ti. Estaba mojada de pies a cabeza. -Debí llevar sombrilla- me dije. Finalmente llegué, empapada, tiritando de frío. Corrí a la habitación, donde me esperabas; yo solo deseaba sentirte. Me quité la ropa húmeda a prisa y me lancé hacia ti. Todavía temblaba, pero me fuiste calentando, poco a poco, como solo tú lo sabes hacer. ¡Qué placer!. ¡Cuánto te quiero cobija*!





*En Costa Rica se le llama cobija a la manta para abrigarse.

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Batallas

- ¿Qué hacemos con los heridos?

- Clasifíquenlos como verde, si tienen posibilidades de restablecerse; como rojo, si no hay nada que hacer por ellos.

-  A los verdes los curamos en la enfermería. ¿Qué hacemos con los rojos?

- Envíenlos a reciclaje y verifiquen que sean resistentes a desamores, en su próxima vida.

- ¡Algo más! Díganle a Venus y a Marte que iré tras ellos, personalmente, para poner fin a estas batallas.

- Les daré su mensaje, Cupido.