Poemas urbanos

Miau

Arriba en el techo,
con su estómago confudido,
"Miau" rebusca que comer,
es un gato nuevo en el vecindario.

"Caragorda" se cruza en su camino,
desafiante, le advierte que es su territorio.
Miau, despistado, sigue sin advertir
que está a punto de enfrentar su destino.

El gato enorme le lanza un zarpazo,
el gato invasor se retuerce de dolor,
pero antes de reaccionar,
"Caragorda" lo muerde con rabia.

"Miau", más confudido aún, desea escapar,
pero el destino no le da tregua.
Guiado por su instinto milenario,
se defiende con dientes y uñas.

En aquella danza de guerra,
los maullidos despiertan al vecindario;
tres gatos flacos miran en primera fila.
Miau, sangra, pero su cuerpo arde.

"Caragorda" no esperaba a tan potente rival
sus días de macho dominante,
están por acabar.
pero él no se rinde, es un gladiador.

Los gatos ruedan por el techo,
caen al cemento, con violencia.
"Miau" saca fuerzas de flaqueza
y lo muerde con fiereza.

"Caragorda" desprende un maullido
que acalla a todo el barrio;
ha perdido, ahora hay un nuevo líder,
los gatos flacos lo saben y festejan.

Miau, cansado, sigue su camino,
solo desea comer y limpiarse,
cojea de su pata izquierda
no le interesa su hazaña,
quiere explorar el mundo.




Turista


Dime Flaco, qué miras despistado en la esquina,
con esa cara de extranjero y ese porte de mochilero.
Mira hacia acá, me has cautivado en un minuto,
serán esos jeans que dejan descubiertas tus rodillas
o esa camiseta por la que escapan tus brazos.


Llévame entre tus ojos, regálame una mirada,
déjame acurrucada en un rincón de tu pensamiento.
Dime Flaco, ¿qué buscas?, ¿acaso el hotel se te ha perdido?
¿Tienes hambre y no sabes dónde está el McDonald’s?
Ven, te llevo a mi mercado, comamos un granizado,
compárteme tu historia, yo luego te cuento la mía.


Escucha, Flaco, si buscas el mar, está un poco lejos,
pero no hay problema, seré tu guía en esa travesía.
Si deseas viajar en tren, hace rato que se fue,
pero vámonos en bus, así verás como es mi tierra;
y tendré tiempo de mirar sol tatuado en tu espalda,
mientras te enamora la luna que se duerme en la mía.

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