Abro mi pecho, cual blusa de botones,
buscando un sentimiento escondido,
pero se lo ha llevado todo;
no queda nada, solo vacío.
Se desvanecen hasta los deseos,
estoy cansada de ser ola,
que se estrella en la roca;
quiero llegar a la playa.
¡No me rindo aún!
Busco un pensamiento perdido,
pero ni el viento me trae el “te quiero”,
que tantas veces escuche en su boca.
Hoy, con mi pecho abierto,
muestro mi alma.
¿La ves?
Está marchita.

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