21 de noviembre de 2010

Confesiones

Mi cuerpo necesita el sol para funcionar,
la temperatura cálida, es mi batería natural,
cuando baja, me comienzo a marchitar,
el frío me daña, me apaga, me quita la sal.


Mas el frío es un buen combustible para amar,
y si cae la lluvia, un afrodisiaco más.
¡Claro! si hay amor verdadero,
porque que hastío, estar por estar.


La noche tibia y el silencio,
mis mejores aliados para pensar
La madrugada fría y una frazada,
el mejor momento para descansar.


Estar en casa, me llena de paz,
saber a mis hijos tranquilos y felices,
me equilibra y me eleva hasta el cielo.
¡Qué rico tomar un café con mamá!

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